EL MÁRTIR DEL MIEDO

Los seres humanos padecemos de una enfermedad emocional que es provocada por la falta de confianza y por la percepción de fallar o peligrar en algo real o supuesto originario del subconsciente, lo cual le llamamos Miedo.

El Miedo, como enfermedad emocional, es un ego que vive dentro de la persona condicionada donde solo encierra dolor, frustración e impotencia cuando se es enceguecido por el mismo. Este ego sumerge a la persona en lo profundo de un pozo lleno de sus propios condicionamientos (como por ejemplo el famoso “no soy capas”) que no lo deja conseguir las metas propuestas ni ver el mas allá de las cosas…

 “Lenta es la experiencia de todos los pozos profundos; tardan mucho en saber lo que ha caído a su fondo” –Friedrish Nietzsche-

   

Todos somos aquellos pozos profundos… el tiempo pasa y cuando menos nos lo esperamos estamos viendo desde el fondo, sometidos y estancados por el miedo, es entonces cuando decimos “no soy capas” de seguir, de luchar o de hacerlo. Caemos en el error de condicionarnos y es ahí en donde sufrimos los síntomas del llamado Miedo.

Existe mucha gente con miedo a hablar en publico por temor a equivocarse, a enfrentarse contra un cargo por temor al rechazo, a expresar su pensamiento por temor a la agresión física o verbal, a subir a un ascensor e incluso a ver a un animal. (Lo último hace referencia a las fobias producidas por el mismo miedo). Tal vez todo esto se deba a un recuerdo desagradable en alguna etapa de su vida o por la falta de confianza frente a un acto o vocación en particular.

El no creer en si mismo y en lo que se ha propuesto nos expone a los arraigos de este ego que manipula las fuerzas de enfrentarnos a los obstáculos, sabiendo que estos que vemos como muros, son lo positivo para lograr alcanzar las metas. Cuando nos enfrentemos al miedo hay que usar el intelecto del razonamiento sin perder nunca las fuerzas, las esperanzas ni la fe de seguir luchando sea cual sea el resultado obtenido. Superar nuestros miedos es un paso más hacia la Ataraxia. 

 No le tenga miedo a nada, enfrente con la cara en alto sus problemas, no se deje arrastrar por el ego. Cada vez que surja miedo, piense inmediatamente lo contrario. Aceptar los pensamientos de temor y negativismo hará que se produzcan miedos anormales, obsesiones y complejos. Piense en positivo, en el final feliz, en la solución, en que su objetivo se va a lograr y no eche de lado la auto-confianza.

Sin miedo y con perseverancia, levantar para seguir.

NO MARQUES LA CRUZ, NO FINANCIES FASCISMO.