A diferencia de la Aponia
(tranquilidad del cuerpo), existe una noción exponencial fundamentada en la
moral epicureísta adaptada como “Ataraxia Socialista” remontada en los
cimientos del Socialismo (término que apareció en 1830) en especial, el
científico.
Karl Marx & Friedrich Engels |
El Socialismo Científico fue propugnado por Carlos Marx y
Federico Engels, juntos redactaron un programa teórico y práctico llamado El manifiesto del Partido Comunista en
1848, en donde hacen un llamado a todos los obreros del mundo para hacer la revolución
contra la burguesía del cual se exponen ideas para lograr la autenticidad
radical del bien de la comunidad.
Desde los albores de la Revolución Industrial, provocado por
el surgimiento de movimientos obreros (sindicatos) que reclamaban seguridad
laboral y salarial, los principales ideales que fundamentaron el nacimiento del
Socialismo Ataráxico no fueron fruto del pensamiento obrero ni apónico sino del
trabajo de intelectuales pertenecientes a los sectores mas acomodados como la necesidad
de que los bienes materiales no fuesen propiedad privada, algo que hoy en día
prevalece en casi todo el mundo.
Toda la historia de la humanidad ha sido una lucha de
clases, una lucha mental, una lucha meso-diobélica que atenta contra la
individualidad intelectiva en cuanto al ser. Debido a esto, surgen problemas
que aun afectan a la sociedad de manera objetiva como subjetiva, por ejemplo la
individualidad, la especulación financiera, la pobreza, la discriminación, la
desigualdad, e incluso la intolerancia misma.
Socialismo, ciencia del ejemplo |
¿No sería la sociedad mucho mejor sin los prejuicios que el
capitalismo acarrea, tales como el boom del consumismo? ¿No sería mejor si el
individuo como tal se preocupara por la sustentación en general en cuanto a
sociedad? ¿No crees que sin la lucha de clases habría menos degradación hacia
los pocos que tienen y/o viceversa?
En la Ataraxia Socialista el equilibrio se logra por la vía
intelectiva, que es el más alto de los placeres... y si a la razón le corresponde moderar la
dualidad entre dolores y placeres, también le corresponde renunciar a muchos de
ellos de manera selectiva y benéfica a razón de la comunidad en la que se vive.
Y para lograr aquella felicidad y esa paz imprescindible, el hombre solo tiene
necesidad de si mismo, como tal no le hace falta, pues, la ciudad, las
instituciones, la nobleza, las riquezas, ninguna otra cosa y ni siquiera a los
llamados dioses. El hombre es completamente autárquico en cuanto a su
felicidad, y al ser así, se es transitorio alcanzar una verdadera Ataraxia Socialista.
Que sea la fuerza y no la ausencia la que determine el mundo digno que queremos; la que soñamos, por fortuna, existe en cada uno de nosotros…
¡NO MARQUES LA CRUZ, NO FINANCIES FASCISMO!